lunes, 14 de febrero de 2011

El hada de azúcar



Aquí esta hermosa canción de este escrito. Ponedla mientras leeis. Muchas gracias: http://www.youtube.com/watch?v=bi-4maYT5uI


En un mundo muy lejano, más allá incluso que el país de nunca jamás, existe todavía un mundo sin explorar. Dice la imaginación que allí las nubes son de colores y el cielo puede ser pintado con los dedos. El agua cristalina cae con un sonido apaciguado en los riachuelos vivos entre árboles que hablan con los pájaros de los nidos. Los animales viven en manadas numerosas sin importar la especie mientras que las flores crecen rápidamente en cualquier lugar con un solo soplo de aire.

Pero la belleza más extrema del lugar es cuando llega la noche y la naturaleza llama al hada de azúcar. El cielo azul en sus diversos tonos deja al descubierto una enorme luna plateada. En el claro del bosque, rodeado de altos pinos de gruesos troncos una bandada de pájaros carpinteros tocan sus picos el borde del agua dejando escapar una melodía frágil para invitar al baile a esa hada especial, pequeña como un tallo de rosa que se esmera en esparcir diminutos granos de azúcar al revolotear de pétalo en pétalo.

Entonces, cuando la canción empieza a sonar y los animales agolpan sus hocicas entre las verdes ramas, el hada de azúcar hace una reverencia celestial acompañada de un parpadeo para enamorar. Puntillea con sus pies la fresca hierba recién nacida girando con la gracia natural de su poder sobrenatural con el que salta hasta volar y reposar con un pie su cuerpo bello. Mientras, los pájaros carpinteros agudizan su melodía en el borde del lago, ella mueve con gracia sus pequeños brazos hasta dejarse caer con un movimiento de suave espiral. Enamorados los animales de ese mundo, hacen brillar sus ojos hasta iluminar junto a la luna los ropajes blancos del hada del azúcar que sonríe con los ojos cerrados animándolos cada noche a soñar en las puestas del sol con un baile lleno de inocencia, magia, gracilidad y pequeños granos de azúcar que les permiten volar.

Y cuando el sol amaga con nacer tras las redondeadas montañas, el baile termina en una reverencia de despido hasta la siguiente salida de la luna.

Solo la imaginación sabe el escondite del hada de azúcar. Solo los sueños saben donde coreografía sus movimientos hasta bañar los suelos de un azúcar ligeramente dulce que permite volar a quién lo prueba con la punta de un dedo, siempre que este sea inocente. Hay personas soñadoras que la han visto tomar el té con Campanilla. Hay otras que la han observado navegar sentada a lomos de un cisne.

Yo solo sé que se ha escondido en lugar para imaginaciones ingenuas que ni siquiera Disney ha podido descubrir su delicado rostro...solo Tchaikovski pudo escuchar descubrir en su mente su música de cristal.

escritor.dormido

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