jueves, 29 de abril de 2010

Hombres con falda.

Aquí teneís la música de este escrito. Muchas gracias a todos: http://www.youtube.com/watch?v=7K8SpqTT-Gs




Alicia había crecido con una imagen patriarcal de su familia. Las continuas tildes masculinas a las que su madre y su abuela la habían sometido desde que era pequeña, acrecentaban más esas pequeñas dosis de libertad que la tía Amalia le suministraba cada vez que venía a casa para tomar el café. La tía Amalia le había enseñado desde pequeña que todo hombre era igual que una mujer. Que un simple café, podía irse a buscar a la cocina sin necesidad de que Alicia se lo llevara a su padre al sofá. Que sus hermanos mayores podían recoger la habitación, incluyendo esos vaqueros que siempre estaban el suelo. Algo que contrastaba con la actitud de la abuela, siempre presta a servir un desayuno, una merienda o de ir a comprar simples bolígrafos si sus nietos lo requerían.
La tía Amalia, toda una reliquia de la movida madrileña había crecido toda su vida dependiendo de ella misma. Trabajaba para evitar cualquier dependencia estúpida que la atara a algún hombre. Ella era toda una mujer libre y con pantalones de bolsillos anchos. Así que si algún hombre querría tenerla, debería aprender a llevar también falda también. Alicia sonreía siempre que la tía Amalia picaba a alguno de sus hermanos y de cómo intentaba adoctrinar a alguna de sus novias para que los trataran con la mano femenina que ella creía que debía gobernar el mundo.
- Alicia, tú eres mi pequeño proyecto. Eres la princesa de esta casa, la hija que no tengo. Así que te vigilaré. No permitiré que ningún garrulo con ojos bonitos haga de ti una esclava del hogar. Los dos deberéis compartir escobilla. Así que cuando seas mayor y te enamores yo tendré que expedirte mi bula....
- ¿Papal tía Alicia?
- ¡No! Papal no. Esto no va de hombres. Mi bula mamal. ¡Si señor!, bula mamal. Comentario que hizo sonreír a Alicia con carcajadas sonoras.
- Deja de lavar el cerebro a la niña Amalia, dijo la abuela.
- ¡Mamá! No permitiré que esta niña sea una esclava masculina patrocinada por ti, así que no empecemos.

La abuela suspiro. Nunca podía hacer nada contra esa actitud torbellino de su hija mayor. Nunca se lo había dicho, pero en el fondo siempre le gusto que luchara por sí misma, alejada de una educación machista de la que ella no sabía escapar por más que lo pensara.
Pasaron los años y Alicia creció poco a poco, comenzando a sentirse atraída por chicos. El instituto, la universidad, el trabajo... todos esos años siempre acaba rendida ante alguna sonrisa, pero nunca atándose a dar el paso de entregar su corazón de manera definitiva. Siempre se mostró crítica, con carácter feminista como su tía Amalia le había demostrado desde que comenzó a usar sujetador.

Pero siempre hay momentos en los que hay que decidir y Jorge fue el momento que la puso nerviosa. Jorge fue la causa de hacerle perder la cabeza cada día, de necesitar estar siempre disfrutando de su compañía. Alicia se dejó impresionar. Él fue siempre cortés con ella. Siempre la trató con respeto. El tiempo moldeó la relación y Alicia a pesar de los quejidos feminista de la tía Amalia, decidió irse a vivir con Jorge a un piso en el centro de la ciudad. No estaba seguro de a donde le llevaría la convivencia con Jorge. Sería diferente, él tenía que comprender que ella no era una chica esclava de la casa, de que no sería de su propiedad, de que era una chica también con la libertad de un hombre.

Y un sábado noche, tras una agotadora semana de trabajo Alicia recibió la llamada de las chicas para ir a cenar. Había prometido a Jorge una cena especial en casa, con una posible película, pero necesitaba aquella cena como una flor necesita el agua para florecer.
Acudió al encuentro de Jorge que salía del pasillo recién duchado.
- Jorge, las chicas me han llamado para ir a cenar esta noche y ponernos al día.
- Coge...
- ¡Mira no te pongas así! ¡Sabía que más tarde o temprano lo harías! Eres como todos los demás hombres. Vosotros podéis ir a tomar unas cervezas cuando lo necesitáis pero yo no tengo derecho a dejarte aquí para irme con mis amigas. ¡Yo no te pertenezco Jorge!, no soy tu propiedad, no tengo por qué decir que no.
- Solo iba a decirte que cogieras mi coche cariño.

Alicia sonrió. Se sintió estúpida. Se acercó a los labios de Jorge. Lo sujetó con su mano izquierda por el borde de la toalla que cubría la cintura, guiándolo al dormitorio, caminando de espaldas, mientras que con la mano derecha, enviaba a la tía Alicia aquel mensaje guardado en borradores desde hacía meses: Tengo un chico que sabe llevar falda.


escritor.dormido

miércoles, 28 de abril de 2010

Querido Amor



Aquí esta la música de este texto especial y ...verdadero. Muchas gracias: http://www.youtube.com/watch?v=rdSKbILsezY





Querido Amor:

Neruda pudo escribir los versos más tristes aquella noche. Para mi es imposible. No puedo sentir tristeza cuando recuerdo tu dulce olor atravesando mis fosas nasales para hacerme presa de la locura. Observo a través de la ventanilla como el sol atraviesa ya tímidamente las nubes que lo rodean, resistiéndose a apagarse como yo me resisto a sentirte lejos. Y es que tu hechizas mi corazón con un conjuro único. Un conjuro que recorre la comisura de tus labios al sonreír hasta posarse sobre los míos con una dulzura extasiosa . Como explicar a Neruda que tus ojos clavados en los míos dejan al descubierto mi corazón, invitándote a llegar a ese lugar donde solo tú puedes pisar. Un lugar decorado con tu nombre. Con esas sílabas de amor que despiertan mis sentidos con solo ser susurrado. Te quiero. Simples palabras que acompañadas con tu mirada hacen sentirme el chico más afortunado del universo. Un universo extenso, donde tu y yo dibujaremos un corazón con el brillo de nuestros ojos. Un corazón que adornará el cielo en las noches en las que yo pueda cuidarte al dormir.
Suspiro mi amor. Suspiro porque tu recuerdo agota hasta la última reserva de oxígeno que mis pulmones intentan traspirar. Neruda podrá observar como no pararé de sentarme cada noche delante de mi ordenador paralizado ante esa foto especial. Esa foto donde tu pelo roza con timidez las pequeñas puntas de la hierba que nos rodea. Esa foto donde tus ojos brillan reflejando todo el mundo maravilloso que nos rodeaba. Un mundo que tu planeaste para mi ese día. Un mundo que relajó cada músculo de mi cuerpo como desde antaño no lo hacía. Y mi mentón todavía siente tu hombro, todavía siente tu respiración acompasada, la misma respiración que sería capaz de hacerme dormir cada noche de mi vida. No te olvides jamás de ese día, porque volví a sentirme único. Y por más que mis manos solo quieran tentar a mis lágrimas, mi corazón juega con tu recuerdo para crear una obra de teatro en la que tu sigas acudiendo a mi cama a despertarme de mis dulces sueños. No lo olvides. No hay nada en mi vida más especial que tú.



Sabes que te quiero. Que necesito de ti cada día. Que podría vivir cada día solo con ver como sonríes al mirarme desde la distancia al sentarnos al tomar un café. Te echaré de menos pero no escribiré versos tristes y Neruda lo sabrá. Sabrá que volveremos a cruzar nuestras miradas cogidos de la mano. Sabrá que un día no podré materializar versos tristes. No puedo escribir los versos más tristes esta noche:





Con la ilusión de un pequeño infante
En tus brazos un día supiste acurrucarme.
Abrí mi corazón a tu voz una noche,
Así entre nuestros corazones enredaste un broche.
Podrán pasar atardeceres pero no nos abandonará jamás la noche
En ella existirá siempre esa receta de dos nombres.
Uno corto acabado en a
Otro mágico de significado continental.
Llámalo magia, amor o casualidad
Pero estamos unidos sin podernos separar.
Pasaran cosas, viviremos recuerdos
Será entonces cuando la distancia
Nos mire envidiosa desde lejos.

Dile a Neruda que enamorado de ti, nunca podré escribir los versos más tristes una noche. Te quiero amor mío.

escritor.dormido

lunes, 12 de abril de 2010

Llamadas nacionales


Aquí esta la música de este escrito. Muchas gracias a todos: http://www.youtube.com/watch?v=8sODdSIUFd4&playnext_from=TL&videos=Dx_oWiFD89E

Salí a la calle con el pelo húmedo, recién duchado en aquellos vestuarios que para mí ya son parte de mi vida. Atrás quedaban los tintineos de las mancuernas, los golpes de los discos contra el suelo y los resuellos de esfuerzos contenidos al levantar los pesos.
La noche era tenue, agradable para pasear, para disfrutar las calles de piedra del casco antiguo que me guiarían de camino a la estación. Un paseo nocturno, digno de filosofar con algún tema vital que hiciera perder mi cabeza.

Pero mi mente se alejaba del paseo, de recorrer hermosas casas adosadas. Sentía la necesidad de llegar cuanto antes a casa. Necesitaba tranquilizar mi corazón, disminuir sus latidos incesantes. Por ello, acudí a la parada más cercana, rogando con la impaciencia de los dedos que un autobús próximo pasara con apremio y pudiera guiarme con rapidez hasta casa.


Aquel autobús, el número nueve apareció como caído del cielo. Introduje mi bono y me aposté cerca de una puerta para poder bajar sin que ningún viajero pudiera robarme un minuto más de aquella pequeña carrera que tenía que emprender. Me senté abrazando la maleta llena de utensilios deportivos que aumentaban ligeramente la carga de mi espalda ya cansada.


Parada solicitada. Comencé a mover con toda la rapidez las piernas, atravesé esquivando coches algunos pasos de peatones. Apreté con insistencia el botón que detenía los semáforos que arrastraban el tiempo que iba pasando. Volví a moverme con rapidez, recorrí las cuestas del camino, salte por algún matojo de hierbajos y observé a los perros que cada noche jugaban en el parque. Todo esto, con la intención de robarle minutos al momento de escuchar tu voz.


Metódicamente, saqué la llave de mis bolsillos, abrí la puerta del portal obviando al ascensor parado en aquella planta subiendo las escaleras, duplicando y triplicando el paso de los escalones para entrar en casa y sin abrir la nevera acercarme al teléfono marcando una vez más aquel número ya grabado en mis huellas dactilares: 938... Otra llamada nacional.


Y lo cogiste tú. Respondiste con tu bella voz acelerando mi corazón al oír la palabra amor. Sonreí como un tonto al saber que te hacía ilusión escuchar mi voz. Disfrutar, imaginándome tus sonrisas al detectar que no puedo callarme, que siempre tengo miles de cosas que contarte. Pero es así, son llamadas nacionales, que permiten a mi corazón seguir latiendo al escuchar tus risas provocadas por algún disparate salido de mi boca.

Y yo... Yo siento que no quiero colgar. Que necesito escuchar tu voz para siempre, viviendo pendiente de atender el sonido de teléfono, adivinando que es una llamada nacional para hacerme sonreír, para seguir demostrándome que algo puede modificar mis sentidos, mi forma de pensar.


Y yo... te pido que no dejes de llamar. No dejes de escucharme...hasta un día en el que nos sentamos obligados a abandonar esas llamadas nacionales, para hablarnos cara a cara, mano a mano, pudiendo compartir contigo todos aquellos besos omitidos por teléfono, por la línea telefónica que esclaviza mis sentidos.


Y yo... sigo mirando la pantalla...soñando con volver a recibir otra llamada nacional.938...

escritor.dormido

domingo, 11 de abril de 2010

Ciudad endemoniada




Aquí teneís la canción. Ponedla con el texto y leed. Muchas gracias. http://www.youtube.com/watch?v=NhQHHFZsvE0



Fantasmas. Aparecen detrás de mí. Me acompañan en mis solitarios paseos, invaden mi mente sin avisar. Creo que puedo llegar a volverme loco, saben encontrarme. Han estado en mi corazón y lo han herido. Vienen de un lugar desconocido al que me quieren llevar de nuevo pero yo todavía me aferro a la esperanza de no pisar la ciudad endemoniada. Cada noche están ahí, cada día se despiertan a mi lado. Cada tarde intentan hacerme presa del pánico. Saben todo aquello que hiere mi corazón, toman el recuerdo de la gente a la que amo.
Forman una imagen distorsionada de la realidad, ensombrecen el mundo que brilla a mí alrededor. Tengo miedo de nuevo en sus manos. Tengo pánico al terror que producen. No hay escapatoria a las cadenas que arrastran, pero todavía queda una oportunidad de para escapar para siempre.

Miro atrás y no dejan de observarme. Haga lo que haga ellos lo presencian. Corro para esconderme y aparecen delante de mí. Han existidos momentos para abandonar. Hay instantes para suspirar. Habrá momentos para llorar... pero todavía queda una luz. Persigo esa luz y me aferro al amor de las personas que me quieren, a la felicidad y al camino de mi vida.
Nadie sabe nunca, lo que es ser perseguido por fantasmas del pasado, del presente y del futuro... Saber que eres un blanco frágil para que te hagan daño. Vivir con el corazón abierto ante un riesgo vital que puede destrozarte la vida.

Me aferró a soñar acompañado. Porque cuando cierro los ojos para dormir ya no están. Cuando sueño con dulces paisajes y tiernos besos ellos no lo presencian. Y es ahí en mis sueños que sigo siendo yo... Se lo que es ser feliz. Se lo que es vivir sin preocupaciones. Conozco eso de vivir enamorado. He sentido las caricias de mis padres y ha sido maravilloso. Aún sonrió cuando escucho la voz de la persona a la que amo. Todavía se que daría la vida por mi hermano. Soy capaz de llorar por el dolor de perder a una persona. Conozco todo aquello que he vivido. Soy consciente. Soy consciente de que todavía puedo sentirme especial, soy consciente de que quiero ser feliz. Se muchas cosas que la vida me ha enseñado. Pero hay algo muy importante:

He vuelto de la ciudad endemoniada. He sido testigo de la soledad de sus calles. He vivido refugiándome ante un cristal durante largos meses. He llorado desconsolado por Amor. Me he sentido solo cada día. He sido testigo de cómo el mundo me daba la espalda. He sentido que la vida no tenía alicientes. He querido escapar de lo que me rodea. Y también estuve atrapado allí. Viví en la ciudad endemoniada, la misma que te atrapa cuando no hay esperanzas en la vida. La misma ciudad que te abre las puertas cuando no te queda nada en la vida.
Pero puedo decirles que he dejado atrás la ciudad endemoniada. Hay formas de salir. Pasillos y criptas secretas. No dejéis nunca de buscarlas, no tengáis miedo a dejar esos fantasmas atrás porque una vez vuelto a este mundo os daréis cuenta de que todo es precioso. De que una simple sonrisa puede devolverte a la vida.
Y aunque esos fantasmas sigan detrás de mí... siempre sabré que hay caminos para escapar de la ciudad endemoniada.

Creo en los fantasmas terribles de algún extraño lugar y en mis tonterías para hacer tu risa estallar. (Antonio Vega).

escritor.dormido

martes, 6 de abril de 2010

Reflexión: esperanza



Os dejo una reflexión nacida a deshora. Un pensamiento sobre otros pensamientos. Leed el texto con la música, es muy importante. Luego, os invito a ver el video adjuntado en el link, no tiene desperdicio.Muchas gracias.
http://www.youtube.com/watch?v=Q8boC4tMK_g&feature=related

Quiero vivir... en un mundo fantástco en el que no importe el color de piel. Quiero vivir... junto a mis hermanos, sin importar la lengua, los ojos o el Dios en el que creer. Simplemente quiero vivir así:

Levantándome cada mañana, abriendo la ventana y que la primera brisa del día sea una ráfaga de Paz. Ponerme mis zapatillas hechas con Justicia, con una Justicia que trate a todos por igual, que no contemple la pena de muerte como la expresión de un pensamiento.

Sentarme en la silla de mi cocina, junto a una mesa soportada por patas hechas de Solidaridad, la misma solidaridad que debe sostener la convivencia humana, entendiendo que todos tenemos las mismas oportunidades y no olvidando jamás que hay otras personas que siempre necesitan algo más que nosotros.

Alargar la mano y llevarme a los labios una taza rebosante de Tolerancia... solo para intentar comprender que existen personas que no toman las mismas decisiones que yo, que actúan en base a otras creencias, o que simplemente valoran otras opiniones. Todo ello acompañado, por una dulce tostada untada con Compresión. La compresión de entender que todo el mundo no puede ofrecerme siempre una sonrisa, que tienen sus problemas, pero a pesar de ello, no se olvidan nunca de nosotros en el fondo de su corazón.

Disfrutar de mi ducha matinal, sentir el agua caer sobre mí. Sentir en cada gota, la pureza del Amor que inunda nuestras vidas y la de los que nos rodean... de cómo cada pequeña gota es un pequeño gesto de amor... una simple mirada que purifica sentimientos, que arranca sonrisas inolvidables, o recuerdos empolvados en un corazón avejentado.

Salir a la calle con mi maletín cruzado al pecho. Un maletín lleno de Oportunidades. De caminos con desvíos para todas aquellas personas humanas, con deseo de construir un futuro al que ellos llaman...ideal. Un camino donde puedan apearse en la estación que consideran adecuada para vivir una vida especial y única, de la que cada sujeto es responsable y conductor.

Caminar observando escaparates en los que se ofrecen artículos hechos con Libertad. Una libertad indivisible y sin condiciones, una libertad que disfrute cada persona, viva donde viva, piense lo que piense, sea como sea. Una libertad que le permita soñar con ciudades iluminadas o campos frondosos en los que vivir. Una libertad que le deje escoger su sexualidad o la persona a la que amar.

Pasear por un parque, donde el césped tenga hermosas flores abonadas con Igualdad. Igualdad, que brinde a hombres y mujeres empeñar sus habilidades en trabajos que están hechos también para ambos. Una igualdad que diga basta a un puñado de necios, que piensan en una superioridad inexistente. Una igualdad, pincel de un cuadro humano, donde razas y pueblos estampen un sello de globalización sin colorantes ni aditivos.

Sentarme en un banco de madera. Una madera tallada y trabajada con herramientas de Progreso. Un progreso orquestado por todos y cada unos de los países del mundo. Un progreso en que no se debería excluir a ningún personaje de este cuento llamado vida, a ninguna persona que habite en la tierra. Simplemente porque todos somos protagonistas con sentimientos y anhelos que cumplir en esta obra llamada historia humana.

Subirme a un autobús, propulsado por Respeto. El mismo respeto que debería ser la batuta que marque nuestros pensamientos y actuaciones. Un respeto que sea un himno para vivir en este mundo hecho para nosotros. Un himno que en su estribillo suene así: No importa el color de piel, no importa el pensar. No importan las costumbres o culturas a las que cada uno se quiera aferrar.

Llegar a casa muy tarde. Con ganas de descansar. Y sin quitarme la ropa, irme a acostar para taparme con una manta... hecha de Esperanza:

La Esperanza de poder sonreir orgulloso, observando el mapa terraqueo, uniendo lazos entre países distantes, entre etnias separadas o religiones fragmentadas. La esperanza de ver a niños enfermos tener oportunidades para vivir. La esperanza de tener una esperanza de vida, homogenea para toda la humanidad.

Si podemos, hacer algo más que sonreír ante iniciativas. Si podemos mojarnos para tener un mundo mejor. Porque las grandes ideas nacen de una sola mente... y pueden llegarse a convertir, en ideleogías en las que basar una vida.
Porque si algo ha quedado claro en la historia de la humanidad. Que la vida esta delante de cualquier maldad. Que una sonrisa te hace más feliz que el dinero. Que una caricia si puede comprar el cariño.
Nunca dejeís de pensar que siempre hay un margen para mejorar y ser personas, rodeados de tierra, oceános, y personas como nosotros. Definitivamente... Si podemos.

escritor.dormido

viernes, 2 de abril de 2010

Agarra mi mano



Aquí esta el link de la canción, ponedla y leed a la vez.Muchas gracias: http://www.youtube.com/watch?v=tBVY_49KtHk


¿Qué me dirías? Si te pidiera que te acordases del tacto de mis manos al caminar contigo por la calle. ¿Qué me dirías? Si te dijera con la mirada que necesito que seas mi ángel de la guarda, que vayas a mi lado siempre cogiendo mi mano.
¿Qué me dirías? Si supieras que me estoy ahogando en un mar de kilómetros sin poder respirar y que estiro mi mano para que te agarres a ella, esperando que me lleves hacia ti.


Como explicarte que estoy atrapado en un callejón sin salida, de muros gruesos, que acrecientan mis ganas de escapar. Pero soy realista, sé que no hay salida y solo hago aquello que me queda: Estiro mi mano al cielo, esperando que tú agarres mi mano y me lleves hacia ti.


Cada día siento que los edificios de la calle se ciernen sobre mí, encerrándome en una jaula de hormigón y acero, que me arrebata cualquier sentimiento de felicidad que existe de mí, apenándome, solo pudiendo dejar escapar una mano entre los gruesos barrotes, esperando que tomes mi mano y me lleves hacia ti.


Y es así, esperando esa mano que tanto ansío, deseo asomarme al menos una vez, solo una vez al borde de tu corazón, para entender de una vez, que ya estoy agarrado de tu mano y que tú no me quieres soltar.


Entiéndeme, mi corazón necesita saber, que estás ahí de verdad; agarrada a mi mano, ayudándome a construir cada día una avenida para compartir este dulce paseo llamado vida y que a tu lado deseo compartir. Agárra a mi mano y llévame hacia ti para mostrarte que tus ojos son el tesoro que me llevo al corazón cada noche. Que tu sonrisa me permite sonreír en los peores momentos, soñando con estar a tu lado y agarres mi mano con tu corazón, porque yo también necesito saber que me necesitas, que necesitas agarrar mi mano.
Por favor, dime ¿Qué me dirías? Si te pido que agarres mi mano y me lleves hacia ti.
escritor.dormido