lunes, 8 de agosto de 2011

Lucy en el cielo con diamantes



Aquí tenéis la canción de este escrito. Como siempre, ponedla y leed. Muchas gracias: http://www.youtube.com/watch?v=rGFlkcnZRFI



Entro muy despacio, casi sin que sus tacones hicieran ruido alguno. Todo los hombres giraron sus cuellos para deslumbrarse con su belleza. Los diamantes hacían brillar su tez en un tono blanco perla. Sus ojos azules jugaban con aquel vestido encajado de escote sugerente que invitaba al más introvertido a jugar.

Ella sabía que esa noche no necesitaba esforzarse en triunfar. Todos los hombres la mirarían al caminar y sus mujeres celosas, la odiarían con solo verla entrar. No le importaba nada más que su aspecto porque aunque suelan decir que lo importante es el interior no es ahí donde la gente suele mirar. Dejó que las miradas se clavaran en su desnuda espalda mientras se sentaba en la mesa principal. Esperaba que aquella noche alguien la sacara a bailar, alguien especial por fuera, lo que a ella le importaba de verdad.

Pero amigos, eso no fue lo que sucedió. Lucy sonrió a aquel caballero cortés que la pretendió sin amor. Dejo escapar entre sus ojos una llama de lujuria que él no dejo pasar. Antes de levantarse se atrevió a dar un bocado provocativo una vez más y sin quererlo se atraganto sin poder respirar. Ahora… después de muchos años, cuando todavía se celebra esa reunión de Navidad; las más maduras siempre recordarán cada año que Lucy esta en el cielo con diamantes.

No es oro todo lo que reluce. Prefiero el interior… porque aunque a veces sea oscuro, es allí donde las personas guardan los tesoros. Cerca de ese lugar al que llaman corazón.



escritor.dormido

lunes, 1 de agosto de 2011

Silencio de amor




Aquí tenéis la canción de este escrito. Ya sabéis, ponedla y leed. Muchas gracias a todos: http://www.youtube.com/watch?v=_LBm4C5DJoE






- Cuéntame una historia papá
- Suspiré rendido y preparé las mejillas para albergar a mis lágrimas


Ella sonría y yo esperaba el momento a solas para besarla en los labios. El destello de su pelo se desataba entre las sombras y la luna paso a segundo plano tras los cristales. Aquella noche prometía acabar en silencio. El silencio de los que se aman entre las sábanas. Aunque ella no lo supiera, yo esperaba la señal de sus ojos o el movimiento de su pelo que me llevara al delirio de sentir sus cálidas manos entre las mías. No la conocía pero adivinaba todos sus gestos cómo si fueran míos. Cuando le tocó hablar hizo lo que tantas veces le vi hacer. Retiró su melena tras las orejas. Se ajustó la camisa a la cintura y entrelazo sus manos en señal de nerviosismo.




Las primeras palabras fueron versos para mi corazón. Habló de partituras incompletas y claves en re menor. Nunca recuerdo las palabras exactas porque solo me dejé llevar por las suaves notas de su voz, por la belleza de sus ojos al abrirse o las sonrisas iluminadas que reflejaban en mis ojos. Dulce Danielle... intensos cabellos de rojo pasión y blanca tez como las nubes del cielo. Ojos verdes como las hojas de roble y cuerpo entre algodones. Me hechizó sin conocer más que su nombre. Me encandiló solo con su voz pero soñé desde el primer día con todo su esplendor.


Luego hablé yo. Intenté reflejar mis ojos en sus pupilas, describiéndole con una mirada lo que sentía por sus gestos, lo mucho que amaba sus sonrisas y lo que su recuerdo desprendía las mías. Al cabo de la noche, cuando la luz cansaba los ojos y el tiempo se consumía en la oscuridad del cielo me arrojé a sus brazos como un niño cobarde, como un ladrón valiente que intenta robar un corazón.



- ¿Qué hiciste papá entonces papá?
- Decirle te quiero.


Sus ojos se reflejaron en los míos. Nuestros iris conectaron al compás. El ritmo de nuestras respiraciones se aceleró en un forte crescendo y le dije te quiero con las manos.



-¿Ella te respondió papá?
- Si. Me respondió en silencio.
- ¿En silencio?
- Sí cariño, en silencio de amor.
- ¿Silencio de amor?
- El silencio de quién sueña con compartir sábanas y sueños. De estrechar a los hijos en las noches y rodearse en silencio los brazos mutuamente.
- ¿Alguna vez he sentido el silencio de amor papá?
- Cada noche, cuando apagas la luz y miras al cielo para dar las buenas noches a mamá, ella siempre... siempre te responde con silencio de amor.


La besé en la frente. Me di la vuelta y apagué la luz. Esa noche, cuando miró al cielo y dijo buenas noches mamá,;cerró los ojos diciéndole a su madre te quiero. Un te quiero en silencio de amor.





escritor.dormido