miércoles, 21 de julio de 2010

No era un Amor de medianoche



Aquí esta la canción del escrito. Muchas gracias:

http://www.youtube.com/watch?v=mnXZk6UWPao&feature=related

Miró al espejo convencido de que su figura marcaba esa estela de hombre sexy que tanto esfuerzo y sacrificio le había supuesto. Años de levantar pesas cada noche y madrugadas clausurada con una crema para el cuerpo. Los bordes metalizados del cristal distorsionaban la figura de su camisa, pero sin poder evitar marcar una silueta musculosa y atractiva escondida entre botones. Aderezó su pelo negro y rizado con una gomina extrafuerte. Esta noche, era una noche más en la que se deslizaría entre cuerpos en una discoteca hasta elegir a la presa de una noche corta llena de hedonismo, ausente de sentimientos y sensaciones que pudiera atar sus masculinidad a una sola mujer.
Cerró con cuatro vueltas la puerta de casa tatareando una canción infantil hasta encender el motor de su mercedes y abrirse paso entre las calles húmedas y pobladas de coches. Marcó los botones adecuados… una canción de Maroon five entró en su cuerpo, adueñándose de sus pensamientos más voraces.A cada calle doblada, pensada en cabellos de todos los colores en donde elegir, a cada stop que se saltaba pensaba en la ropa interior que tendría que deslizar.
Detuvo el coche, en el aparcamiento de siempre, rodeó la fila de clientes en el acceso al local, saludando con un coleguismo natural a los mastodónticos porteros que franqueban las oscuras puertas de composite.

Al dar los dos primeros pasos y ser bañado por las luces de neón, sonrió como un zorro, comenzando a otear el horizonte marcado por una barra atestada de copas y un pista de baile donde cientos de cuerpos se movían sinuosamente al son de la música. Pidió un Bacardí con cola y charló afablemente con señoritas de amplias expectativas.

Las horas de la madrugada transcurrieron entre el ruido ensordecedor de los altavoces y sorbos de bebidas alcohólicas aderezadas con hielo y azúcar… Los frutos daban resultados, señoritas de vestidos ajustados y escotes prominentes bordeaban con las curvas de su cuerpo, su silueta definida y apetecible. Pero por primera vez en mucho tiempo, lo fácil no fue el camino a elegir. Apoyada en una butaca se encontraba una chica de melena negra, ensalzada como una estrella bajo los focos con un suave vestido azul por encia de las rodillas.

Las miradas se habían sucedido y el encuentro con la copa en la mano se había consumado, desembocado en una subida de escaleras desconocidas rumbo a una cama ajena. Y mientras subía arrastrando con las manos el barandal de madera, no podía dejar de multiplicar sus sentidos para poder disfrutar a la vez de oler su llamativo perfume, de escuchar su femenina voz, de observar el camino ascendente desde sus zapatos de tacón hasta el interior de sus muslos y de desear sentarse a ver brillar sus ojos.

Abrieron la puerta de la casa. Ella lo detuvo junto al pomo de la puerta y camino seis pasos a través del pasillo. Descalzo sus pies y dejó caer su vestido, mientras se escapaba al dormitorio.
Él por su parte, vacío sus pertenencias en la mesilla del recibidor. Pensaba despertarse enamorado a la siguiente mañana junto a ella, sintiendo que no era solo un Amor de media noche.



escritor.dormido

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