miércoles, 26 de mayo de 2010

Fresas silvestres y una voz de algodón



Aquí teneís la canción de este escrito. Miles de gracias: http://www.youtube.com/watch?v=n79B3FHi0Fs


La desinquietud lleva al pensamiento. El pensamiento al cansancio y el cansancio la desconexión. Al desconectar evito el paso del día, las obligaciones y menesteres que siempre la vida ofrece. Sin embrgo, cuando el aburrimiento me ata o la distancia me mina, siempre hay una gloriosa solución de auxilio: El camino hacia la voz de algodón. Una voz de algodón mágica y voraz, capaz de hacerme soñar, sonreír y tranquilizar. Es esa voz de algodón, la que hiela mis sentidos, la que aumenta la temperatura de mi corazón, la que me hace temblar de ternura.

Y ahí, en esos momentos de alegría e ilusión, de ansia y tranquilidad es cuando nacen plabras como fresas silvestres. Palabras que te hacen conocer e incluso enamorarte de una persona. En esos momentos de intimidad, es cuando nacen los secretos, las revelaciones y las confesiones. Los te quiero y te estimo, Los te deseo y te necesito.

Una mañana, escuché de tí: Fresas silvestres...y sonreír como un tonto. Creé para mí una campiña extensa, con un sol radiante y un césped recién cortado. A su lado, sembré con el corazón un campo de fresas silvestres. Un campo donde refugiarme de los peligros, de los nervios y las redes de la tristeza. Un sitio donde dormir con una sonrisa , donde soñar, recibiendo tu brisa.
Así, al ser feliz, al sentirme cuidado, es cuando no quiero pensar y vivir en tu sembrado eternamente. Ayer, hoy y mañana... campos de fresas silvestres para siempre.


escritor.dormido

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