martes, 8 de junio de 2010

Historia de un beso.


Aquí teneís la canción del escrito. Muchas gracias: http://www.youtube.com/watch?v=v7rX_o4BpOI

A veces los besos tienen bonitas historias escritas detrás ... más allá del roce de los labios. Historias selladas por la magia que sienten dos corazones cuando pueden hacer de sus latidos un eco que resuena dentro de dos cuerpos a la vez. La historia que arrastra un beso, es escrita por la mirada de dos. Es escrita por el ansia de los que se desean simplemente por la unión de un sentimiento mutuo y propio: El amor. Esta es mi historia. Una historia guardada en mi corazón y en el de la persona que la comparte. Una historia para mí, noble y maravillosa, escrita con la pluma de mi corazón.

Allá por Marzo, cuando los árboles sacuden de sus ramas la nieve del invierno, cuando el sol crea los charcos en las baldosas de las aceras, yo me encontraba en un aeropuerto nacional dispuesto a embarcar en un avión para conocer a una persona y a un lugar que tan solo había visto en fotos y en mapa. Una persona con manos y voz propia que nunca había tocado. Es extraño enamorarse de una voz y soñar con unas manos que no puedes ver articular ni gesticular. Solo ansiar e imaginar.

Ahí en el aire, acercándome a ese destino tan buscado, descontaba los minutos y kilómetros que me separaban de un sitio diferente al que me rodeaba. Un sitio que prometía aquello que quizás hacía tiempo de lo que no disfrutaba: La felicidad. Cómo explicar con palabras cuando tus ojos desean ir más rápido que tus piernas. Como tu corazón se agita ansiando arrastrar una maleta hasta unas puertas corredizas de cristal. Unas puertas que prometen una visión extraterrenal, alejada de la realidad que vive en tu mente. Una visión diferente de cómo la imaginaste, pero una visión que no podré olvidar jamás en mi cabeza.

Y como el destino lo había planeado, esa visión se materializó en mis retinas y me confirmaron lo que en mi corazón se había grabado a fuego: Que estaba enamorada de la chica más bonita que ha pasado por mi vida. Si... esos momentos de encuentro fueron maravillosos. Ese momento disfruté de nuestras manos unidas pero también observó los nervios que repicaban en mi interior pero que pronto una dimensión llamada yo supo controlar con naturalidad.

Pasaron las primeras escenas, los primeros compases de un baile de salón. De disfrutar cada palabra, cada visión, cada roce de manos o cada mirada a los labios. Un mundo nuevo se extendió a ambos lados de la carretera y una luz brillante señalaba cada significado.

Como cada historia, siempre hay un núcleo. Un acto que lleva al desenlace. Un acto sencillo y austero o complejo y de detallado. Mi acto fue natural, sin focos ni un guión ya pactado.
Ahí, en un decorado natural, alejado de un público expectante. Ella subió al estrado de cemento que la vida puso ahí. Y yo, atraído por su cintura, sin poder moverme más allá del ancho de su cara cerré los ojos para fusionar mis labios con los de ella, para dejar escapar un susurro de mi corazón donde confesé en silencio lo mucho que esperé aquel momento.


Fue entonces cuando decidí que la historia no debía ser sellada. Y es así que sigo escribiendo versos en prosa para producir un nuevo capítulo. Un capítulo ambientado en otro lugar. En otra hora, otro mes. Con una luz diferente. Pero capítulos con la misma protagonista, con los mismos labios que tanto necesito. Con los mismos besos que titulan esta obra.
Te quiero


escritor.dormido

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