miércoles, 23 de junio de 2010

El chico que deseaba a las aviones




Aquí teneís la canción del escrito. Muchas gracias: http://www.youtube.com/watch?v=xfzxJt_ZLSo


El chico que desea a los aviones:
Dicen que un aeropuerto es un trampolín en la vida. Es la lanzadera personal para llegar a sitios soñados, planeados o imaginados.

Esta es la historia de un chico normal con sueños comunes pero con una chica especial. Esa chica no se encontraba en el mismo barrio. Tampoco en la misma ciudad. Ni siquiera compartían la tierra que pisaban. Ambos se conocieron separados por 2550 Kilómetros de distancia. Esos kilómetros significaban para él razones para enamorarse de ella. Así, desde el momento desde que ese muro alargado llamado distancia emergió entre ellos, ambos se pusieron de puntillas para poder verse, para hablar desde la distancia lejana de sus ventanas.

Ella, aparecía cada noche a través de un cristal, mostrando una sonrisa especial para guardar. Fue así, como él colocó esa sonrisa fotográfica en el marco vacío de su corazón.
Por su parte, ella se dejó arrastrar por las palabras y trucos de amor que la hacían sonreír al levantarse, al vivir o al irse a dormir. Trucos que la sorprendían en cualquier momento.
Fue así, como construyeron algunos sueños juntos, fue así como comenzaron a tratarse de amor.


Y un día, cuando él soñaba con llegar hasta ella para poder observar su dulce sonrisa, le propuso volar como una mariposa hasta posarse en sus labios.
Desde aquel día, él guardo su corazón en un capullo, alimentándose de miradas y charlas, de susurros y risas, hasta que llegara el momento de encontrarse a los pies de un aeropuerto nacional.

Allí, en ese aeropuerto, soñó con las aviones varadas en pista con volar atravesando mares y montañas hasta sorprenderla con una caricia. Vivió con ternura el momento de partir. Disfrutó con las alas, con el fuselaje de aquellas máquinas que elevadas en el aire, podían llevarte a un lugar alejado por 2550 Kilómetros de distancia. Así, fue guardando en su retina un despegue mágico, un aterrizaje especial y acumulando en su corazón la ruta hasta llegar a sus brazos. Disfrutó con esa sensación.
Desde entonces sigue soñando con fuselajes, con asientos en ventanilla y controles de aduanas que pasar. Sueña, con verse rodeados de desconocidos con maletas en manos y leyendo cárteles con la letra y número de puertas de embarques.

Y cuando la soledad de apodera de él. Cuando la distancia le bloquea los latidos del corazón, él acude a buscar billete de aerolíneas. Sin importar el nombre, el prestigio o el color, Soñando solo con observar aquellos aparatos hasta que sea llamado a embarcar al suyo.
Todo, para sentirse una mariposa. Una mariposa al vuelo que se pose en sus dulces labios.
¿Sabéis en que se parece los aviones a las mariposas?
Que sueñas al verlas alzar el vuelo...

escritor.dormido

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